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Efectos del divorcio o separación en los niños

En España cada año aumenta en número de divorcios, y esta situación tiene consecuencias en las personas implicadas, en sus hijos, y además en su entorno más próximo y a la larga en la sociedad (pues el contexto de la familia está cambiando).
Las primeras consecuencias que aparecen tras un divorcio en una familia son:
Los cambios en la economía, pues ahora la familia debe enfrentarse a una situación diferente, posiblemente dos hogares, manutención, proceso de divorcio que a veces resultan complicados, etc…

Los menores a veces se ven obligados a cambiar de residencia, de forma permanente o momentánea según las decisiones sobre la custodia de los progenitores; incluso a veces se les fuerza a vivir en un lugar donde ellos no quieren, en un entorno que no les gusta y con personas que no son de su agrado.
Además si la custodia no es compartida a partes iguales, uno de los progenitores reduce su influencia en las actividades diarias del menor y su papel en la educación del niño cambia.
Los niños a veces se ven sometidos a la situación de que sus padres no sólo se separen si no que se relacionen con otras personas, tengan una nueva pareja, y que a su vez éstos tengan sus propios hijos.

Son muchos cambios para los menores y puede traer consecuencias emocionales y conductuales negativas si el proceso de la separación no se hace de una forma adecuada.
La forma en que los adultos se enfrenten al divorcio (depresión, agresividad, mentiras, desarrollo de adicciones, pérdidas de control, olvidos, etc…) influirá directamente en la aceptación por parte del menor de la nueva situación.

Las consecuencias perjudiciales en los menores aparecen en forma de dificultades en el rendimiento académico, baja autoestima (pueden considerarse culpables) emociones negativas, pueden desarrollar sentimientos de abandono, problemas conductuales y sociales; incluso puede afectar a su forma de enfrentarse a una relación de pareja en el futuro si no se realiza una correcta intervención en el proceso de separación.

Pueden creerse estar obligados a forzar la reconciliación entre sus padres, y al no lograrlo desarrollar una gran frustración y tristeza. No entienden la situación, no son capaces de aceptarla y pueden aparecen problemas relacionales que antes no existían entre padres e hijos.

Un divorcio puede hacer surgir miedos en el menor que antes no existían como a la soledad, o a no ser capaces de enfrentarse y resolver un problema.
Es fundamental ayudar a los menores en el proceso de aceptación a la nueva situación, e intentar hacer del proceso de divorcio o separación una situación lo menos traumática posible no solo para los niños sino también para los adultos.
– Recomendación de cuentos para ayudar en el proceso de divorcio:

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