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Efecto de las emociones en nuestra salud

El sistema nervioso central, el sistema inmunológico y nuestras emociones, están íntimamente relacionados, aunque aún existan opiniones que niegan la importancia o influencia del bienestar emocional y el bienestar físico.
De hecho si buscamos la definición actual de “salud”, encontraremos que en algunos sitios solo hablan de “ausencia de enfermedad física”, mientras que en otros añaden el concepto “bienestar mental y social”.
Pues bien nuestra mente y nuestro cuerpo responden y actúan en conjunto, influyendo el uno en el otro.


Por ejemplo, si sufrimos un accidente en el que nos hacemos daño en una extremidad, y pasamos una temporada padeciendo dolor, y teniendo que dejar de lado nuestras actividades de ocio, seguramente nuestras emociones se vean afectadas, pudiendo estar más susceptibles, apagados, tristes, etc… y si por el contrario, tenemos buena salud física, pero de repente tenemos que enfrentarnos a una época de estrés o a una pérdida emocional (fallecimiento), puede que empecemos a tener problemas alimenticios, dificultades de conciliación del sueño, aislamiento social, nos podemos ir apagando poco a poco o sentirnos angustiados o nerviosos; si estas emociones no las gestionamos bien, empezarán a aparecer dolores musculares, pérdida o aumento excesivo de peso, anemia, fatiga, problemas respiratorios, dolores de cabeza, problemas digestivos, etc… (Algunas enfermedades directamente relacionadas con el estado de ánimo son el colon irritable, las patologías cardiovasculares, y las relacionadas con la hipertensión).

Algunas enfermedades caracterizadas por el dolor crónico, no puede explicarse en su totalidad si no se atiende al bienestar emocional del paciente, pues cuando aparecen emociones negativas el dolor aumenta y viceversa (migrañas, fibromialgia, dolor de espalda…)


Nuestras emociones negativas influirán directamente en el sistema inmunológico, disminuyendo las defensas y pudiendo desarrollar enfermedades (enfermedades psicosomáticas); al igual que las emociones positivas, nos pueden ayudar a enfrentar una enfermedad me mejor forma, ayudando a nuestras defensas; esto puede explicarse en parte porque cuando nuestro cuerpo presenta emociones negativas, se ve alterada la función de ciertos neurotransmisores como la noradrenalina (regula la presión arterial y el ritmo cardíaco) o serotonina(mantiene el equilibrio de nuestro estado de ánimo).Las enfermedades psicosomáticas han aumentado en los últimos años, siendo actualmente un motivo de estudio en psicología y medicina de forma conjunta.

Para reducir las repercusiones de los eventos externos en nuestro sistema inmunológico, debemos adquirir en terapia ciertas habilidades como son la expresión de los sentimientos, el control de los impulsos, la relajación, y la reducción de los pensamientos intrusivos, pues al ser capaces de exteriorizar lo que nos ocurre y no permitir que la situación tome el control de nuestro estado emocional, nuestra salud física no se verá afectada. Todos podemos y debemos conocer cómo influyen nuestras emociones en nuestra salud, y ayudarnos a nosotros mismos a encontrarnos mejor.

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