¿Por qué ha cambiado mi estado de ánimo?

Es posible que si te encuentras cumpliendo el confinamiento impuesto por las medidas del gobierno frente al Covid-19, desde hace unos días estés notando que tu estado de ánimo ha cambiado, te sientes cansado, nervioso y/o triste, puede que tus horas de sueño no sean las mismas, que te cuesta descansar, y que hayan aparecido ciertas molestias físicas como dolores de cabeza o de espalda, además de cansancio en tus piernas.

Todos estos efectos, pueden ser causa de estar viviendo en aislamiento.

¿Pero por qué? Pues bien, voy a explicártelo de forma sencilla.

En primer lugar, uno de los motivos por los que las personas podemos sufrir estrés, es por las “demandas psicosociales”, es decir la manera en que nos influyen los estresores cotidianos y los sucesos vitales (los cambios de tiempo, polémicas familiares, complicaciones en el trabajo, etc…) pero a esto debemos añadir una nueva situación en la que no teníamos experiencia previa, que es el cambio total de nuestras rutinas y sin poder salir de nuestra casa; pues bien, las personas podemos vivir como una verdadera situación traumática nuestro cambio de roles , y  esto a su vez está relacionado con la probabilidad de enfermar, por lo que a mayor alteración en nuestra vida, mayor posibilidad de ponernos enfermos.

Por otro lado, todos tenemos nuestros propios recursos de afrontamiento al estrés, entre ellos “la evaluación cognitiva” o el valor que le damos a una nueva amenaza que se nos presenta, como de predecible era para nosotros la situación, la capacidad de control y nuestra capacidad de decisión frente al problema. Por ello al encontrarnos en una circunstancia sin precedentes, incontrolable, indeseable, y sobre todo impredecible en cuánto a su magnitud, puede hacer que percibamos el momento que estamos viviendo, como un evento extremadamente peligroso y negativo, y nos sintamos sobrecargados e incapaces de hacerle frente.

¿Por qué a unas personas les afecta el aislamiento más que a otras?

Esto se debe a nuestras propias “capacidades de afrontamiento”, siendo más estables en algunos individuos que en otros; éstas dependen en gran medida de si nos concentramos en el problema y en las emociones de forma positiva (le sacamos partido a la situación, nos planteamos nuevos retos, aprovechamos los nuevos roles que tenemos, dedicamos el tiempo de manera productiva para nosotros) o por el contrario lo hacemos de manera negativa (nos distanciamos de la realidad, nos centramos en las dificultades, en las consecuencias perjudiciales, en la incertidumbre de no saber qué pasará, adelantando los problemas que van a surgir, nos dejamos llevar por el malestar y los pensamientos nocivos, etc…) además de éstas capacidades de afrontamiento, juegan un papel muy importante nuestras “características personales”, por ello las personas que han desarrollado y trabajado a lo largo de su vida su capacidad se resiliencia, cuentan con una buena autoestima, son optimistas y saben sacar partido a las situaciones estresantes sin considerarlas una amenaza, regularán sus emociones de forma más eficaz, y vivirán el aislamiento con más calma.

Otra circunstancia que te puede estar afectando negativamente, es la falta de contacto o de apoyo social, pues éste mejora nuestra salud, ayuda a prevenir enfermedades y además favorece el reposo y la curación.

Si te encuentras viviendo el confinamiento como una situación estresante, tu salud puede verse afectada. Puede que hayas adoptado para calmar tu ansiedad conductas nocivas para ti, como el aumento de consumo de alcohol, tabaco, cambios drásticos de alimentación, reducción de horas de descanso, aumento de horas en redes sociales, videojuegos, apuestas, etc…

Si a esto le sumas la reducción de la actividad física, y la posible falta de rutinas de cuidado, tu bienestar físico y emocional puede estar sufriendo negativamente de manera considerable.

Debes tener cuidado, pues se ha relacionado la perdurabilidad en el tiempo de una situación de estrés con efectos negativos en el sistema cardiovascular, en el sistema reproductor/sexual (problemas de infertilidad, disminución de la libido…), en el sistema digestivo (úlceras, síndrome del colon irritable…), y  en el sistema inmunológico, el cual debemos mantener activo éstos días, para mantenernos fuertes frente al Coronavirus.

Por ello, si has empezado a notar alguno de éstos efectos, no lo alargues en el tiempo; lo que te ocurre es normal, pero debes ponerle remedio.

No lo dudes y ponte en contacto, podemos trabajar tus capacidades de afrontamiento, y mejorar tu bienestar emocional.

Aprende a cuidarte, y saca partido a cualquier situación que se te presente de aquí en adelante.

Juntos podemos lograrlo.

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